Ética y función pública

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Ética y función pública

Como ya afimamos en una ocasión, la ética resulta fundamental como “valor añadido” a la actuación de los funcionarios públicos. Se trata de un valor basado indirectamente en la Constitución (sin duda ética tiene que ver con objetividad, con eficacia y con imparcialidad, principios que aparecen en el art. 103, apartados 1 y 3). No obstante, no es un principio regulado expresamente por las normas (si bien parece que el non nato Estatuto de la Función Pública lo va a recoger), que en todo caso, por su propia naturaleza, no debe venir impuesto desde fuera, sino existir en el interior de las personas. Una fuerte ética personal y profesional, va mucho más allá y es más eficaz que la tipificación de todos los delitos y todas las faltas, y que todo el sistema de responsabilidades de los funcionarios, ya que no se basa en el temor a la sanción, sino en la creencia interna de que actuar de una determinada forma nos enriquece, como personas y como profesionales. Desde este planteamiento, quizá muy teórico, me pregunto por qué se simulan bajas por depresión o por enfermedad, por qué se "torea" el sistema de control del horario, por qué de 8 a 9 se comenta la película o el partido de fúlbol de la noche anterior, y por qué personas que profesionalmente se encuentran bien (la mayoría de funcionarios), no valoran este privilegiado status quo y se autoconvencen de que están mal y que deben trabajar con desinterés… Imposible seguir hablando de calidad de la Administración Pública si no buscamos la calidad en la función pública.

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Secretario de la Administración Local, categoría superior. Máster en Nuevas Tecnologías aplicadas a la Administración Pública. Máster en Planificación estratégica. Secretario General del Ayuntamiento de Alzira. Vicepresidente responsable de Nuevas Tecnologías del Consejo General de COSITAL. Miembro del equipo técnico de las Comisiones de Modernización, Participación Ciudadana y Calidad; y de la Sociedad de la Información y NNTT de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Vocal de UDITE (Federación Europea de Jefes Ejecutivos de Gobiernos Locales). Miembro de la RECI (Red Española de Ciudades Inteligentes). Miembro del Grupo de Trabajo del Comité Sectorial para el Documento, Expediente y Archivos Electrónicos de la Administración General del Estado. Autor de numerosas publicaciones. Medalla de la Vila del municipio de Picanya (Valencia). Premio al innovador público del año 2015. Premio NovaGob Excelencia 2015 al mejor Blog (Nosoloaytos).

3 Comentarios

  1. Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. La ética es algo que debe estar interiorizado por el funcionario. Creo que va en el sueldo servir al ciudadano con objetividad, imparcialidad y profesionalidad. Pero a veces es muy delgada la línea fronteriza entre lo correcto y lo que no lo es tanto.
    Por eso es muy importante que el acceso a la función pública se haga de acuerdo con criterios de igualdad, mérito y capacidad, preservando un acceso limpio tanto a la función pública como al puesto de trabajo. ¿Cómo puede un funcionario mantener su posición de objetividad e independencia cuando ha podido entrar a través de la libre designación? ¿O a través de baremos ad hoc?. No se puede en la administración estar debiendo favores a nadie porque, tarde o temprano alguien te pide que le abones la factura.
    Confirmo lo que dices además con respecto al privilegio que supone trabajar en la administración pública: horarios más que razonables, estabilidad, independencia, relativa presión

  2. quiero darte la enhorabuena más cordial, porque si puedes criticar lo que un funcionario hace (hacemos) de 8 a 9, eso es porque a esa hora tu ya estás en tu puesto de trabajo. Y eso en un secretario no es nada habitual…

  3. Estimado amigo,
    Quiero pensar que hay buena intención en tu comentario pero debo decirte que estás bastante confundido, en general, y sobre todo cuando haces hicapié en la franja horaria de 8 a 9 con respecto a los Secretarios. No se trata de que un Secretario (u otro FCHCE) deba o no deba estar a las 8, ya que te aseguro que muchas veces debe estar hasta las tantas (Plenos, reuniones, elecciones, eventos…). Hablando en primera persona, te diré que algunos días a las 7.30 estoy en el Ayuntamiento,quizá porque se acaba un plazo «de algo» ese mismo día y está todo por hacer, mientras que otras mañanas a las 10 aún no he llegado… y otras estoy a las 8, pero en un Tribunal de Selección de otro Ayuntamiento, y por eso no llego al mío hasta las 11. Creo más en el rendimiento que en el control horario, sobre todo en determinados puestos, pero mientras se invente otro sistema mejor, opino de deberíamos mantener el sistema de «fichaje» para la mayoría de funcionarios. Pero ningún sistema es perfecto. Quizá por eso, efectivamente, se cumple con un número de horas «oficiales» que no se corresponden con las de trabajo efectivo. Y por eso criticaba que de 8 a 9 se comentara el partido, porque bien mirado más valdría entrar a las 9 y ponerse a trabajar directamente.
    Y también que conste que en el comentario hay algo de autocrítica, porque un servidor ha sido monaguillo antes que fraile, y se ha involucrado en más de una discusión futbolística a las 8 de la mañana (como ves sé perfectamente lo que pasa a esa hora), y lo considero algo que no es malo ni antiético si se hace unos minutos (es más, fomenta el «coleguismo»), pero a partir de la media hora diríase que es demasiado tiempo perdido. ¿No crees?
    Y tampoco tengas prejuicios contra los Secretarios, que somos personas bastante normales. Alguno hay que es hasta simpático…
    Por último te agradezco la enhorabuena, pero no era necesaria. Gracias igualmente.
    Un saludo y a trabajar! 😉

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